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Literatura Norteamericana

Como pasa con todas las tareas creativas, la escritura no nace de un acto reflejo de la inspiración sino muy por el contrario es un trabajo arduo que día a día se va construyendo, por lo menos eso le pasa a la mayoría de los escritores, más aún en una aficionada como yo, que con poco oficio voy surfeando el escaso tiempo, las ganas y la búsqueda de un texto que me impulse a crear una historia. Es más fácil leer, es más fácil pero también indispensable para saber o poder escribir.

Por eso en ese tironeo continúo entre las lecturas y también porqué no el placer de las artes audiovisuales que tanto me gustan voy buscando las ganas y el tiempo para volver a escribir. Un día me baje varios ebook sobre la tarea de escribir, entre ellos, “Escribir Ficción” - Guía Práctica de la Famosa Escuela de Escritores de Nueva York, allí ponen como ejemplo desde ya a escritores Norteamericanos y en reiteradas ocasiones a una autora que descubrí Joyce Carol Oates a través de su último libro editado en Español “Mágico, sombrío, impenetrable (Alfaguara), un vigoroso conjunto de relatos con los que Oates descose y recose las almas azotadas de la gente. Una y otra vez.

Oates (Lockport, Nueva York, 1938) sabe hacer novelas gigantes de sentimientos pequeños, convierte en mármol los guijarros que ha encontrado en el camino y logra belleza de la monstruosidad.

- ¿Este libro parece versar sobre el miedo. Miedo a perder el amor, a envejecer, a la muerte, a la enfermedad. ¿Es lo que quería?

Es un libro de historias ligadas por una relación repentina de camaradería entre dos personas conectadas. ‘Sexo con una camella’, la primera, establece una relación entre una abuela y un nieto de 15 años. Hay miedo a la muerte y por ello también se intensifica la relación entre ellos. Es como agarrarse a la mano de otro porque ambos se necesitan. ‘Mastín’, por ejemplo, es una historia de un perro que ataca a una mujer y eso provoca su unión con el hombre. Sin ese ataque, esa unión probablemente no se habría producido.

- ¿Es también un libro sobre amor. Hay amores desgastados por rutinas, por años, el amor erosionado. Y luego también está el amor que nace y se extingue, como en ‘Parricidio’. ¿Qué es el amor para usted, para su literatura?

La conexión de amor entre dos personas es siempre impredecible. En ‘Mastín’, por ejemplo, esas dos personas se unen por una situación de violencia. Si vives una situación de emergencia con alguien, se fragua algo fuerte. La libertad de alguien está siempre limitada por lo que nos ocurre. Y al final de ‘Parricidio’, la hija y la mujer del gran escritor que ha ganado el Nobel se unen fuertemente tras su muerte. Las dos son de la generación siguiente, están unidas, portan su memoria, pero al tiempo se divierten, posiblemente más que él.

-¿Dibuja una generación de jóvenes con títulos a los que nadie espera cuando salen de la Universidad. ¿Está describiendo a la generación actual?

Es la generación que ha estudiado, están muy bien educados y son inteligentes, pero no hay trabajo para ellos. Por ejemplo, hay muchos más abogados que trabajos y la gente sigue yendo a estudiar Derecho, y no tienen los recursos y futuro que había en los sesenta o setenta, cuando yo estudiaba y había trabajo para todos. Ahora no. Les llamamos walking wounded, los Heridos Vivientes.

-  ¿Para usted es más satisfactorio escribir sobre realidad o inventar ficción?

Yo sitúo a mis personajes en sitios reales, para mí los escenarios son muy reales. Y la situación política y la atmósfera son reales. Pero la mayoría de la gente es ficticia. No completamente inventadas, tienen compuestos de gente que conozco, pero no escribo sobre gente real. El modelo de ‘Parricidio’ es Saul Bellow, pero no es realmente él. Ahí hay un poco de Philip Roth, de Norman Mailer, todo junto, pero sobre todo Saul Bellow.

-¿Cómo trabaja? ¿Es más difícil planear la obra, escribir o revisar?

Es importante planearla con cuidado. Planeo durante meses, lo planeo todo, tomo notas muy cuidadosamente, tomo muchas notas, tengo una línea y empiezo a escribir diálogos y escenas, y para cuando empiezo a escribir la novela tengo mucho material. La parte más difícil es escribirla. Pero mientras tomo notas puedo despertarme en mitad de la noche y trabajar. Revisar es la parte más fácil.

-Pero para usted revisar es reescribir.

Sí, reescribo mucho, pero eso no es difícil. La parte más difícil es escribir el primer borrador, es duro.

- Y cambia mucho del primero al definitivo.

Sí. El mejor ejemplo es Blonde, llegó a 1.400 páginas, iba a ser 150 y acabó en 900. Pueden cambiar muchas cosas.

- Usted ha querido llegar al alma de la gente y retratarla. ¿Lo ha logrado?

Sí, creo que sí. He escrito tanto, y es lo que la gente dice. La gente dice que he escrito sobre experiencias que han vivido.

-¿Cuál es la lección más importante que da a sus alumnos?

Les enseño a ser críticos con su escritura. Escribir requiere una facultad crítica y les intento inculcar eso.

Hablemos de la estructura.

-¿Cómo encuentra la voz, el tono, la estructura? ¿Cómo lo decide?

Es muy intuitivo, paso mucho tiempo buscando la voz, es la parte más difícil en la etapa de planificación. Debo encontrar la voz exacta. Las frases pueden ser cortas, largas, poéticas, pero esas voces están elegidas muy cuidadosamente para reflejar el carácter de los personajes. Hay distinta gente y distintas voces, y además una voz interior de cada personaje, que puede tener dos o tres voces. Elijo los nombres muy cuidadosamente, los escenarios…, paso mucho tiempo con ello. Tengo una lista de nombres para mi próxima novela, por ejemplo, es muy poético, muy fuerte, nombres de pueblos, de ríos, de valles… El trabajo de la literatura es un trabajo de arte que tiene cualidades musicales, y para mí es muy atmosférico. Es como si estuviera creando un mosaico en tres dimensiones: el tono musical, los momentos de belleza, momentos de poder… y sentido de comprensión de lo que la gente ve. Pero es de una forma intuitiva. Entrevista a Joyce Carol Oates. BERNA GONZÁLEZ HARBOUR 17 OCT 2015 - 00:05 CEST. El País de España”.

 

La crítica ha dicho…

«Los libros de Oates desnudan sin eufemismos nuestra condición humana. Oates nos ayuda a entendernos, o al menos eso es lo que he sentido al leerla.» Carlos Salinas, El Confidencial

«Aún sin perder de vista el realismo más visceral, sus novelas juegan con lo gótico, un gótico norteño que la aproxima al Faulkner más siniestro, el de El ruido y la furia.» Laura Fernández, El Mundo

«Probablemente la mejor escritora norteamericana viva, todo un clásico sobre el que aletea el Nobel.» Elena Hevia, El Periódico de Catalunya