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La gente feliz lee y toma café

En el día Internacional de la felicidad me propongo analizar mi última lectura.

Muchas veces me he preguntado tanto como lectora como por la tozudez de ser escritora de a ratos, en cómo se construye una éxito editorial, no porque crea que es sinónimo de excelencia literaria, de belleza artística ni nada que se le parezca, pero sí por el hecho de atraer la atención del lector en el primer paso que será en la librería o pantalla, y el segundo paso crucial adquirir el ejemplar. Como diseñadora me respondo en parte con las teorías del marketing. En el caso de “La gente feliz lee y toma café” el marketing pudo haber devenido a posterior a la aceptación que tuvo en su edición de autor por Amazon.com, analizando las razones de dicha actitud de compra en la versión digital se puede analizar que; el título es un hallazgo para tocar la sensibilidad de los lectores ejercitados, ya que todos somos felices leyendo y por supuesto no hay nada mas ameno que hacerlo junto a un cafecito. La portada es agradable e imaginamos de entrada que es la protagonista, en el resumen aun con el drama que sospechamos te provoca curiosidad como aquella mujer resolverá su vida y en mi caso creí que la lectura era parte del camino, si buscas puntas de próximas lecturas, si buscas referencias, si buscas que los personajes profundicen sus conflictos, si buscas que te deje algo, entonces en este libro no lo encontrás. Nos será más que un pasatiempo de media lectura que solo la recomiendo cuando tu cabeza no quiera más información que un diálogo de personajes que no tienen intención de llegar más allá y que no te pedirán ningún esfuerzo.